Viajar ligero me hizo darme cuenta de que necesito muy poco para ser feliz. Les contaré sobre cómo lo aprendí en mi viaje a Europa del año pasado.
Era algo de lo que habíamos estado hablando durante muchos meses un amigo y yo. Cuando supimos que tendríamos un tiempo libre para vacaciones lo aprovechamos. Estuvimos planeando los destinos por algunas semanas. Teníamos casi 20 días disponibles y nos decidimos por Bélgica, Holanda, Alemania y Francia.
Sabíamos que tendríamos que estar moviéndonos de ciudad en ciudad, por lo que decidimos viajar ligeros, además, esto nos permitiría ahorrarnos un poco de dinero volando en clase económica.
Teníamos autorizado abordar al avión con 10kg de equipaje de mano así que tuvimos que ser creativos a la hora de empacar.
Estuve investigando sobre que se podía y que no se podía llevar a bordo, diferentes formas de doblar la ropa, como sería el clima durante nuestra estancia y que tantas prendas se recomendaban. Cómo siempre hago, tomo lo que me sirve e ignoro el resto.
De mi armario reducido, opté por llevar 1 chamarra, 2 jeans, 1 pantalón deportivo, 3 playeras manga corta, 1 camisa, 1 playera manga larga, 1 short, ropa interior para 5 días y 2 pares de tenis (además de la ropa que llevaba puesta en el traslado). Sumado a esto llevaba artículos para higiene personal, cargador para el telefono, selfie stick, mi Kindle, una gorra, mis lentes para el sol y alguna otra cosa más. Todo esto en una mochila.
Aunque para algunos pueda parecer que fue poco para un viaje de más de dos semanas, he de decir que incluso no usé varías prendas que cargué en mi mochila.
El vuelo internacional fue algo pesado pero una vez que arribamos a Bruselas nuestra energía se recargó inmediatamente.
Fue una experiencia indescriptible el estar presenciando todo un nuevo mundo. Parecía irreal. Durante muchos años había deseado ese momento y el estar ahí fue una de las alegrías más intensas que he tenido en mi vida.
En algún otro post les explicaré cómo fue mi viaje y todo lo que me dejó en cuanto a crecimiento personal. Por ahora les he de decir que no me hizo falta nada en cuanto a ropa o artículos personales. Sólo tuvimos que usar lavandería pero fuera de eso nada importante.
Cuando regresé me sentía una persona diferente. Había aprendido que podía vivir tranquilamente con lo que llevaba en esa mochila de 10kg.
La primera vez que entré a mi habitación después del viaje miré mi closet y me di cuenta de que aquello que pensé que era indispensable, no lo era. Que aun podía simplificar mi vida mucho más.
Claro que todo esto va a depender de cada quién, yo no estoy diciendo que tengas que irte a algún extremo de tirar tu ropa y quedarte con dos outfits. Habrá que contemplar muchos factores. Quizá tu entrenes en el gimnasio por las mañanas, trabajes y luego vayas a reuniones por la noche. En tal caso, tu closet seguramente se mirará mucho más cargado que el mio.
Yo siento que la clave del minimalismo es encontrar un punto en el cual tú te deshagas de todo lo que te estorba y te quedes con lo indispensable, con lo que te hace feliz. Esto será diferente en cada persona.
Lo que te puedo decir es que este tipo de viajes te cambian la perspectiva. Uno se encierra en su propio mundo y muchas veces peca de egocéntrico o comienza a sentirse grande o indispensable en su campo; pero luego cuando viajas y conoces otros países, otra gente, otras culturas, te das cuenta de lo pequeños que somos, de lo poco que realmente necesitamos y de todo lo que tenemos por descubrir.
Te das cuenta que hay cosas mucho más importantes que la acumulación de riquezas o de bienes, que la vida es muy corta y hay que aprovecharla porque no sabemos en que momento se nos acaba.
Cuando uno se deshace de distracciones puede enfocarse realmente en cumplir sus metas y aquello que te parecía imposible luego resulta ser alcanzable. De todo corazón espero que luches por tus sueños y estos se harán realidad.
En el próximo post te hablaré sobre como ha influido en mis pensamientos y mi productividad el llevar una vida simple.
¡Qué razón tienes! A mi madre y a mí nos donaban ropa por si “necesitábamos”. Hasta que llegó un punto que con armarios en nuestras habitaciones y otra habitación con bolsas hasta por el suelo dije “hasta aqui”. Saqué todo y me di cuenta que teníamos ¡100 pares de zapatos entres las dos! O yo sola ¡hasta 200 camisetas! (¡15 camisetas para estar por casa!) ¡80 pantalones! Una locura jajaja
Había tanto, en tantos ámbitos, que sigo en proceso pero cada día mejor 🙂
¡Muy interesante tu blog! Y me encanta tu forma de narrar y el diseño ❤️
Hola Vicky!
Es justo lo que me pasó a mi! 😂 Tengo un amigo que es fanático de comprar ropa y cuando ve que ya no le cabe en el armario me la dona a mi. Al principio yo tomaba toda la que me parecía que me podía ser útil. Pero al igual que ustedes luego me di cuenta de que tenía demasiado y que al final sólo usaba las mismas 5-10 playeras y los mismos 3-5 pantalones. Cuando hice la primera depuración no podía creer todo lo que tenía en mi closet 😂
Al final vez que es mucho mejor tener poco pero que sea ropa que en realidad te gusta y te da satisfacción.
Te agradezco mucho que me hayas un poco de tu tiempo leyendo el blog, comentando.
Espero que mi contenido te pueda ser de utilidad y que podamos seguir compartiendo experiencias a fin de ir mejorando juntos. Te mando un abrazo 😁